Desalojan el edificio del antiguo hotel Almar por alerta sísmica

Trabajadores de algunas agencias transitarias han comprobado cómo se movía todo su alrededor y se han visto en la obligación de abandonarlo durante una hora

«Yo estaba sintiéndose raro, como con mareos y, de repente, veo que se mueven los archivos y observo a compañeros que salían corriendo para la puerta de la calle, o sea, que no era cosa mía sólo, sino que estábamos sintiendo un temblor en las oficinas». Es el testimonio de un trabajador de una de las cinco agencias transitarias que se encuentran ubicadas en el edificio del antiguo hotel Almar, en la avenida Virgen del Carmen, frente al puerto de Algeciras.

Sobre las 11 de la mañana han notado un temblor que ha durado unos segundos y que, tras el aviso cursado al servicio de Emergencias 112, ha sido considerado por parte del Instituto Geográfico Nacional como la resaca de un seísmo que se ha dejado notar en distintos puntos de Andalucía occidental, principalmente en la localidad sevillana de Pruna, con una magnitud de 4,7 y que se ha sentido con intensidad en la comarca de Ronda, así como en Marbella y la capital, entre otros lugares, al localizarse Pruna en el límite con las provincia de Málaga y Cádiz.

En el citado edificio se encuentran empresas que gestionan trámites aduaneros en el puerto algecireño, como González Gaggero, Marítima del Estrecho o ECS 360, viéndose afectados alrededor de 250 trabajadores, la mayoría de los cuales han desalojado para ubicarse en zonas aledañas a la espera de noticias. Al parecer, estos movimientos de tierra no han terminado aún y, según fuentes del IGN, no se descartan que se produzcan más temblores a lo largo de la jornada, incluso, de mayor intensidad.

Se da la circunstancia de que el edificio en cuestión, desde que hace más de una década cerrara el hotel, tiene a muchas de sus plantas, donde se ubicaban las habitaciones del establecimiento, totalmente abandonadas, a excepción de las que albergan las oficinas de las agencias, por lo que la desconfianza ha sido tal que los trabajadores, por su cuenta, decidieron abandonarla de manera urgente a fin de evitar males mayores.

Pasada una hora, han retomado su actividad, aunque pendientes en todo momento de las posibles informaciones que puedan llegar y si se producen movimientos raros e inesperados a su alrededor.

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