Una ruta de 2.300 kilómetros, de Ceuta a Bruselas, para pedir la integración de inmigrantes y refugiados

Un español y un camerunés han pasado este fin de semana por la capital de España, en una ruta de 2.300 kilómetros de distancia que se inició el pasado día 29 de julio y que les va a llevar hasta Bruselas. El objetivo de David Sáiz y Loumkoua Soulong no es otro que entregar un manifiesto en la Unión Europea para pedir la acogida e integración de inmigrantes y refugiados.

Con el lema «De la frontera al corazón», que es como se llama el proyecto, ambos buscan romper las fronteras invisibles para poder llegar al corazón de la gente. «Llevamos más de 500 kilómetros recorridos. Nos ha pasado de todo. Nos hemos encontrado con gente que nos ha acogido de maravilla y con gente que nos miraba con cierto recelo», ha relatado David en una conversación telefónica con Europa Press tras narrar que han dormido dos días en cama y cuatro en el suelo llevando las esterillas y la tienda de campaña a cuestas.

En este contexto, ha señalado que también han vivido momentos «muy duros» ya que ellos no son deportistas profesionales. «Hemos subido más de 1.800 kilómetros de altura porque hemos pasado por Sierra Morena», ha destacado. Asimismo, ha subrayado que el comienzo fue complicado puesto que tuvieron que atravesar el puerto de Algeciras a Ronda (Cádiz). «Es durísimo, estamos haciéndonos a dolores que ni conocíamos», ha bromeado el burgalés.

«Muchas veces no miramos y nos decimos: vamos a seguir adelante por toda la gente que está ahí sufriendo y dándolo todo por nosotros», ha señalado para explicar que están compartiendo la experiencia a través de las redes sociales para visibilizarlo y hacer que «sea de todos». «Estamos compartiendo la aventura con la gente y nos están escribiendo muchos. Es muy bonito, cada etapa que hacemos compartimos momentos y hacemos videos en directo. La gente nos pregunta y anima», ha apuntado.

Por su parte, Lomkoua, que llegó desde Camerún hace seis años, ha expresado que con esta experiencia «se siente libre» y no tiene miedo. «Hace dos años estaba en la búsqueda de otro tipo de vida, encontrar trabajo y tener una vida decente. Antes tenía miedo, ahora ya no», ha relatado para contar que el viaje le está ayudando a conectar con su pasado y a acordarse de muchos chicos que duermen en la calle y están en la misma situación en la que estuvo él.

«Lo que me hace seguir adelante es querer compartir con la gente el mensaje de la amistad por encima de todo y de que todos somos iguales. El mensaje lo que me empuja a avanzar», ha señalado. Por último, Lomkoua ha subrayado que otra de las cosas que está descubriendo en este viaje es «la belleza de la naturaleza». «Qué malos somos lo humanos que no valoramos ni conservamos esto tan bonito que tenemos», ha concluido.

Tras su parada en Madrid continúan el viaje hacia Segovia, Sepulveda, Aranda, Burgos, Logroño, Pamplona, Donostia y entrarán en Francia para llegar a Bruselas a finales de agosto.

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