La creciente adopción de vehículos eléctricos personales, como bicicletas y patinetes, en terminales portuarias y logísticas está redefiniendo los estándares de movilidad dentro de estas instalaciones. Sin embargo, su integración no está exenta de desafíos. Diseñadas para grandes vehículos y equipos de manejo de carga, las infraestructuras portuarias presentan características que pueden ser problemáticas para estos vehículos más pequeños y vulnerables, que requieren un enfoque específico para garantizar la seguridad.
Según TT Club, empresa dedicada a los seguros de manejo de carga, las superficies de los terminales, diseñadas para soportar cargas pesadas, a menudo sufren un desgaste considerable que genera irregularidades. Neil Dalus, gerente de evaluación de riesgos de la compañía, advierte que estas condiciones son peligrosas para los vehículos eléctricos de ruedas pequeñas. “Los cruces ferroviarios, especialmente en condiciones húmedas, y los derrames de carga o aceite aumentan considerablemente el riesgo de accidentes. Los vehículos de dos ruedas, menos estables que los de cuatro, son particularmente susceptibles a estos peligros”, señaló, destacando la necesidad de evaluar cuidadosamente su implementación en estos espacios.
Las superficies de los terminales, diseñadas para soportar cargas pesadas, a menudo sufren un desgaste considerable que genera irregularidades
Además de los riesgos asociados a las condiciones de las terminales, la convivencia entre los usuarios de estos vehículos, los peatones y el equipo pesado añade complejidad a la gestión del tráfico. En este contexto, TT Club recomienda una planificación exhaustiva que considere la capacitación de los usuarios, la implementación de licencias específicas y el uso obligatorio de equipos de protección personal.
Por otro lado, los procesos de carga y mantenimiento de los vehículos eléctricos personales también plantean desafíos significativos. Datos emergentes han señalado un aumento en el riesgo de incendios durante el proceso de carga, lo que exige un enfoque riguroso en la adquisición de vehículos y puntos de carga adecuados. Asimismo, la ubicación de estos puntos debe ser evaluada con criterios estrictos de seguridad para mitigar posibles peligros.
Aunque estos vehículos representan una opción atractiva en términos de sostenibilidad y eficiencia de costos, su integración en el entorno logístico requiere un análisis detallado de riesgos y una planificación cuidadosa. Dalus concluyó que abordar estas cuestiones será crucial para encontrar el equilibrio entre innovación y seguridad, un objetivo clave en la búsqueda de un entorno de trabajo más limpio y eficiente dentro de la industria de manejo de carga.
La movilidad eléctrica personal, pese a sus evidentes beneficios, necesita adaptarse a las complejas dinámicas de los terminales logísticos, donde el compromiso con la seguridad sigue siendo una prioridad ineludible.