Juan Manuel Martínez, nuevo presidente de la Asociación Española del Transporte

Cambios en la junta directiva y modificación de estatutos marcados por la Asamblea General de la AET

La Asociación Española del Transporte (AET) ha anunciado la elección de Juan Manuel Martínez como su nuevo presidente. Esta designación se ha producido durante la Asamblea General de la asociación, donde Martínez, quien previamente ocupaba el cargo de vicepresidente, fue seleccionado para liderar la entidad.

En su nueva estructura directiva, la AET también ha nombrado a Jorge Aldegunde y Joudia Boujdaini como vicepresidentes. Aldegunde, exmiembro de la junta directiva, y Boujdaini, quien antes fungía como tesorera y ahora se encargará del desarrollo e internacionalización, acompañarán a Martínez en la gestión.

La junta directiva se amplía a 20 integrantes, incluyendo a Ciro Iacomino como secretario y a Eva Martín en el rol de tesorera. Se suman como vocales personalidades de distintas entidades: Ramón Valdivia (Astic), Ramón Onrubia (INTA), Tomás Vázquez (AENA) y Lidia Muñoz (Indra).

Dentro de la junta continúan representantes de diversas organizaciones como Confebús, Ineco, Adif, Metro de Madrid, Renfe, Ferreira Dapía Tech, Anesco, Puertos del Estado, Arriva y la AICCP, con Rafael Barbadillo, Mario Ferreiro, Elena González, Laura Simón, Valentín Alegría, José Antonio Ferreira, José Luis Romero, Jaime Seijas, Antonio Cendrero, Rosa Arce y Carmelo Garrido, respectivamente.

La Asamblea General ha sido también escenario para la salida voluntaria de varios miembros, incluyendo al anterior presidente, José María Pérez Revenga, quien asumirá responsabilidades en el nuevo consejo asesor. José Antonio Magdalena y los vocales Fernando Cascales, Antonio Bua y Nestor Castanedo también han dejado sus puestos.

La AET también ha aprobado una modificación en sus estatutos, estableciendo que el mandato de la junta directiva se extenderá a cuatro años, un cambio significativo respecto al anterior periodo de dos años. Asimismo, se ha decidido no limitar el número máximo de miembros de la junta, permitiendo una mayor flexibilidad en su composición.

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