El Puerto de Algeciras será el más perjudicado tras la entrada en vigor del «Emissions Trading System»

Algeciras propone una moratoria y la inclusión de otros puertos vecinos de transbordo en la regulación para garantizar una competencia equitativa

Carlos Álvarez Cascos durante su intervención en la jornada ""El desafío del ETS para los puertos europeos" (Foto: El Estrecho Digital)

El próximo 1 de enero de 2024 marcará un punto de inflexión en la gestión ambiental del transporte marítimo con la entrada en vigor del Emissions Trading System (ETS) de la Comisión Europea. Este sistema, diseñado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ha generado inquietudes significativas en los puertos del sur de Europa, encabezados por el Puerto de Algeciras. La preocupación central radica en la posible pérdida de competitividad y conectividad marítima frente a puertos de terceros países que no están sujetos a esta normativa.

Durante el encuentro internacional «El desafío del ETS para los puertos europeos», organizado por la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras (APBA), se manifestó frente común entre los puertos del sur de Europa. Los representantes de estos puertos, incluyendo a Gerardo Landaluce, presidente de la APBA, han resaltado la incongruencia de la directiva del ETS. Mientras se apoya el enfoque ambiental del Pacto Verde europeo, se subraya que la normativa actual podría desencadenar desvíos de buques y tráficos a puertos no europeos.

Esta normativa plantea desafíos para el Puerto de Algeciras, ya que podría resultar menos atractivo en comparación con el puerto no comunitario de Tánger Med, donde no se aplica esta normativa. Esto podría llevar a desvíos de tráfico marítimo y afectar a la actividad portuaria y el empleo, además de no lograr plenamente el objetivo de reducir emisiones, ya que el puerto marroquí se encuentra a 17 kilómetros de Algeciras.

Carlos Álvarez Cascos, consultor de Shipping Business Consulting, expuso el pasado viernes las repercusiones que esta normativa podría tener en puertos como el de Algeciras. La preocupación clave es la posible desviación de tráfico a puertos no comunitarios, como Tánger Med, lo que amenaza con reducir la competitividad de Algeciras y otros puertos europeos.

Álvarez Cascos presentó casos prácticos que ilustran el impacto económico del ETS. Por ejemplo, un barco que navegue de Asia a Róterdam, haciendo escala en Algeciras, emitiría 1.400 toneladas de CO2 en ese trayecto, lo que se traduciría en 112.500 euros de derechos ETS. En cambio, si hiciera escala en Tánger Med, ahorraría el 50% de este coste. Este tipo de diferencial también se aplica en viajes en sentido contrario y en rutas más largas, como las que van de EE. UU. a Omán, donde las emisiones y los costes asociados serían aún mayores. La inclusión de Tánger-Med y Port Said West en la lista de puertos vecinos de transbordo, aunque reduce parte del impacto, no soluciona completamente el problema.

La Comisión Europea ha introducido la noción de «puertos transparentes» para identificar los puertos no europeos de transbordo, pero el Puerto de Algeciras ha presentado alegaciones, argumentando que esta medida no resuelve completamente el problema. Antes de la introducción de la medida de los «puertos transparentes», se estimaba que Algeciras perdería un 31% de las escalas y el 44% del total de TEUs.

En respuesta a esta situación, el Puerto de Algeciras propone una moratoria para la entrada en vigor del ETS el 1 de enero de 2024 y la inclusión de otros puertos vecinos de transbordo en la regulación para garantizar una competencia equitativa.

En conclusión, mientras que el ETS busca un objetivo ambiental loable, su implementación actual plantea desafíos significativos para la competitividad y la sostenibilidad de los puertos europeos y las empresas y trabajadores que desarrollan su actividad en ellos. La necesidad de una evaluación detallada y medidas inclusivas a nivel global se presenta como un desafío clave en la transición hacia una industria marítima más sostenible.

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