La estación marítima del puerto de Playa Blanca avanza en su estrategia de eficiencia energética

Esta semana han sido instalados los cristales que contribuyen, con su tamaño y orientación, a la reducción del consumo energético

La estación marítima de la ampliación del puerto de Playa Blanca, que está ejecutando la Consejería de Obras Públicas, Transporte y Vivienda del Gobierno de Canarias con la financiación al 85% de los fondos FEDER, continúa avanzando en su construcción con una apuesta por la sostenibilidad y la eficiencia energética en la utilización de sus materiales.

A lo largo de esta semana se han instalado ventanales y cristaleras en el nuevo edificio de pasajeros. Estas aperturas en la estructura varían en tamaño y se orientan en función del soleamiento que reciben para que el edificio contribuya de forma autónoma al ahorro energético gracias a estos elementos innovadores.

Asimismo, se propone un edificio con una envolvente que limita de manera significativa la demanda de energía para cubrir el bienestar térmico de sus usuarios y visitantes de acuerdo con la situación climática en el puerto de Playa Blanca (Yaiza). Con el diseño bioclimático del edificio de la terminal y la aplicación de sistemas de construcción con aislamiento térmico se consigue que la estructura mantenga una temperatura ideal de forma eficiente y contribuye a la eliminación de sistemas de climatización.

El director gerente de Puertos Canarios, Manuel Ortega, indica que con los elementos utilizados en la construcción de la nueva terminal marítima, que entrará en funcionamiento antes del verano, “situamos a Playa Blanca en el primer puesto de los puertos sostenibles de la red de Puertos Canarios”, abriendo una nueva etapa en las infraestructuras portuarias del Archipiélago”.

El arquitecto de la estación, Pedro Romera, asegura que la estructura de la terminal de pasajeros cumple con los parámetros exigidos en los documentos técnicos de demanda energética. “Este edificio es respetuoso con el medio ambiente, al reducir el consumo de energía primaria, y por tanto de emisiones de CO2 a la atmósfera. Además, la posición de los ventanales y cristaleras promueven una mejor entrada de luz al edificio y reduce el consumo energético con lo que se consigue una estructura más sostenible”, ha apuntado.

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