Un proyecto de vitivinicultura circular estudia el uso del alga asiática para reducir el uso de fitosanitarios

La contribución de la I+D+i desarrollada por los investigadores andaluces consigue los objetivos de producción sostenible fijados por Bruselas

El centro Rancho de la Merced del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa), ubicado en Jerez de la Frontera, coordina un novedoso proyecto de vitivinicultura circular y sostenible para estudiar el uso de extractos de alga para reducir el uso de fitosanitarios y mejorar la resistencia en viña, reducir las enfermedades fúngicas en la viticultura y proporcionar un uso alternativo a la biomasa de algas. Todo ello podrá contribuir en el futuro a la economía bio-circular y a minimizar la acumulación de la especie invasora en nuestras costas.

Este proyecto, denominado Seawines, se suma a otros puestos en marcha por la Junta de Andalucía para resolver el grave problema que supone el alga asiática para las costas andaluzas y para la pesca.

La semana pasada comenzó la vendimia en el centro Rancho de la Merced del Ifapa de Jerez, que dispone de más de 1.000 variedades en las 13 hectáreas de viñedo destinadas a ensayos de viticultura y enología, a la colección del Banco de Germoplasma de Vid y al campo de pies madre del vivero.

Proyectos experimentales

El Banco de Germoplasma es una referencia a nivel nacional e internacional en la obtención de datos agronómicos y enológicos de gran relevancia. Entre las variedades cultivadas se encuentran variedades autóctonas (tintilla de Rota, palomino negro, vijiriega o garrido fino) y foráneas (syrah, cabernet sauvignon, sauvignon blanc o chardonnay), que se emplean en la elaboración de vinos blancos, tintos y rosados. En el caso de las autóctonas se estudia cómo recuperar o mantener variedades históricas andaluzas y españolas.

El Ifapa Rancho de la Merced en Jerez cuenta con una bodega experimental y la recolección de la uva en el mismo se hace de forma manual para garantizar la máxima calidad de los vinos obtenidos y que la transferencia del conocimiento al sector sea lo más certera posible. “Porque aquí todos los resultados que se obtienen de los proyectos experimentales tienen como objetivo incrementar la calidad enológica de la producción y su transferencia al sector”, ha enfatizado la consejera.

Además del proyecto del Banco de Germoplasma, este año se terminará un estudio para suplir la utilización de anhídrido sulfuroso en vinos, un compuesto indispensable en la elaboración de vinos de calidad, pero que relacionan con reacciones alérgicas algunos estudios. Los estilbenos son compuestos naturales de la vid y candidatos capaces de reducir y/o eliminar el uso de SO2 de los vinos.

Cerca de los objetivos ecológicos europeos

Investigadores de este centro también trabajan en otro proyecto para mejorar la competitividad y desarrollar el sector vitivinícola abordando diferentes aspectos de gran relevancia en la vitivinicultura. Entre sus objetivos se plantean recuperar variedades de vid minoritarias cultivadas en Andalucía y otras numerosas medidas como la producción ecológica, el estudio de bioestimulantes, monitorización de la diversidad de levaduras desde el mosto al vino.  El fin último es dar un valor añadido a la producción y hacerla más sostenible y ecológica, contribuyendo así a la consecución de las estrategias que marca Europa.

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