Entre la expectación y el recelo ante una posible celebración de la OPE

La falta de oficialidad por parte de las administraciones aumenta las especulaciones y las dudas entre los interesados en viajar, compañías, empresas y trabajadores

Sólo Marruecos sabe si habrá o no Operación Paso del Estrecho este año. Desde que a mediados del pasado mes de marzo decidiera cerrar sus fronteras por la irrupción del coronavirus, no han dejado de hacerse especulaciones, en uno y otro lado, acerca de la reapertura de las mismas, pero sin contar con oficialidad alguna por parte de los responsables del país alauita.

Lo único cierto es que ya se ha cumplido el primer año de esta medida y que no hay fecha prevista para que se pueda abrir de nuevo paso. El estado de alarma se ha ido prorrogando mes a mes y nada ha cambiado al respecto desde entonces, salvo que – y es lo que hace albergar esperanzas de retornar a la normalidad – el número de contagios ha descendido ostensiblemente y que la administración de la vacuna ha hecho que ya se vea algo de luz al final del túnel.

Desde que varios medios marroquíes anunciaran a principios de esta semana la intención de sus gobernantes de llevar a cabo la Operación Marhaba, el revuelo no cesa en este lado, aunque ni representantes del Gobierno español, ni de Protección Civil, embajadas o de las propias autoridades portuarias implicadas en el operativo conocen ninguna novedad al respecto que haya llegado por un canal oficial, por lo que todo son conjeturas, sin más.

En caso de que se diera luz verde y que ambos ejecutivos pactaran su celebración, muchas son las dudas que se deberían resolver ante una posible avalancha de pasajeros en los puertos de origen con la intención de cruzar hacia la otra orilla del Estrecho de Gibraltar. Lo primero es conocer si se establecería un protocolo para los interesados en viajar, a los que no se sabe si se les exigiría una prueba negativa para embarcar, el tiempo de cuarentena si es que ésta se establece al llegar a Marruecos, la reducción en la capacidad de los barcos, la venta de tickets, que se ha cancelado en el puerto de Algeciras desde que se inició la crisis; la apertura de las agencias en este mismo escenario, la frecuencia de las salidas, la intercambiabilidad de los billetes… un sinfín de cuestiones sin resolver.

De todo ello andan muy pendientes, no sólo las administraciones de ambos países, sino compañías, navieras y empresas que se juegan buena parte de sus ingresos cada año en este dispositivo que el pasado ejercicio no se celebró y que éste aún está en el aire.

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