Gibraltar e Italia recuerdan a las más de 600 víctimas del naufragio del vapor SS Utopía en 1891

Transportaba migrantes de Nápoles a Nueva York, convirtiéndose en una de las catástrofes marítimas más sangrientas de la historia

Italia ha recordado en las últimas horas, a través de un seminario online, un suceso que marcó a la sociedad transalpina, pero sobre todo a la gibraltareña, de finales del siglo XI: el naufragio del SS Utopía.

Alrededor de las 19 horas del 17 de marzo de 1891 soplaba en la Bahía de Algeciras un vendaval procedente del Suroeste. En la zona navegaba el SS Utopia, un barco de vapor transatlántico de 2.371 toneladas, que transportaba desde Nápoles a centenares de migrantes italianos con destino a la América soñada y a esa Isla de Ellis que fue la puerta de más de 12 millones de personas entre finales del XIX y principios del XX.

En total, a bordo del buque había 821 pasajeros y 59 miembros de la tripulación. La mayoría del pasaje era de tercera clase, salvo tres privilegiados en primera, ya que la compañía había eliminado la segunda para hacer más sitio a los emigrantes y asegurarse el lleno y la recaudación.

En aquellos años, las compañías navieras, como la British Anchor Line, propietaria del Utopia, ganaban cantidades considerables gracias a la actividad de transporte entre el Viejo y el Nuevo continente y el carbón que necesitaban los barcos se contaba por toneladas.

Para hacer el trayecto completo entre Nápoles y Nueva York eran necesarias unas 430, por lo que, al llegar a las columnas de Hércules, se vieron obligados al repostaje en el puerto de Gibraltar.

Como vigías de la zona del Estrecho, en la boca de la Bahía estaban apostados dos buques de la Royal Navy, el HMS Anson y el HMS Rodney. El capitán del Utopia, John McKeague, en su empeño de arribar a puerto, y seguramente cegado por el mar bravo y un viento que se arrecía, consideró que el espacio entre ambos buques de guerra era suficiente para el paso. La tempestad, intensa y potente, redujo la visibilidad, a lo que se unieron los haces luminosos de los reflectores de otros barcos anclados en la base militar… y la distancia no era suficiente.

Tras superar la proa del Anson, el Utopia rozó con uno de sus arietes submarinos, que sajó su cubierta y le provocó una vía de cinco metros, de manera que la caldera quedó inundada inmediatamente por completo. La popa del vapor se hundió, haciendo que el barco se inclinara inexorablemente más de 60 grados, provocando su escora y haciendo inútiles los esfuerzos por retroceder. Al contrario, ese movimiento había provocado un nuevo roce con el Anson y la herida se había hecho mayor. A los cinco minutos, sólo quedaban fuera la proa y el aparejo.

La crónica de lo sucedido, de boca de los supervivientes, habla de, probablemente, una de las catástrofes marítimas más sangrientas de la historia. El vapor se hundía entre gritos de auxilio y de terror, presagio de las muertes que se sucedieron. Eso, en un escenario tenebroso de agua, nubes embravecidas por el fuerte vendaval del suroeste y una cubierta de la que ni siquiera pudieron desprenderse todos los botes salvavidas y que se acabó por sumergir y hacerlo también su carga humana. Quienes aún no habían caído al agua fueron finalmente devorados por el vórtice provocado por el hundimiento del Utopia.

130 AÑOS DESPUÉS. El seminario celebrado ayer fue organizado por Pina Mafodda, investigadora italiana y autora de textos históricos.  Reunió, según informa el Gibraltar Chronicle, a autoridades públicas, académicos, periodistas, investigadores y estudiantes de Italia y Gibraltar para conmemorar el aniversario y recordar a los que se perdieron en el desastre. De esta forma, se pretende también reflexionar sobre los esfuerzos de los rescatistas que sacaron a los sobrevivientes del mar y homenajearles a ellos y a una comunidad que les ofreció refugio y calidez durante las secuelas del naufragio.

«La trágica historia del hundimiento del Utopia siempre estará ligada a nuestra propia historia», dijo Patrick Canessa, cónsul honorario de Italia en Gibraltar.  “No solo porque se hundió en nuestras aguas, sino también porque fue nuestra gente, nuestros padres y nuestros abuelos quienes salieron a la Bahía esa noche traicionera, poniendo en riesgo sus propias vidas, para ayudar a salvar vidas”.

En Gibraltar, esta semana, el 130 aniversario de la pérdida del Utopia ha estado marcado por cornetas de la Gibraltar Band and Drums Association, que tocaron ‘Il Silenzio’ en el monumento en el cementerio de North Front.

Los miembros de la asociación también se han ofrecido como voluntarios para renovar el monumento en los próximos meses.

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