Un total de 70 ballenas han pasado por las costas de La Línea en el último mes

La segunda ballena más grande del mundo, llamada rorcual común, realiza – como cada año – su migración por el Estrecho de Gibraltar.  Un reciente  estudio publicado por Pereira y colaboradores en aguas del Suroeste de Portugal, indica que estos grupos pertenecen a la población Noreste Atlántica (NENA) que utiliza las aguas del mar de Alborán para criar en invierno, desplazándose a aguas más frías del Atlántico para alimentarse durante la primavera y el verano.  Solo una parte muy reducida de la población Mediterránea fueron detectadas en esas aguas.

El equipo de Ecolocaliza ha intensificado la campaña de avistamiento desde tierra durante esta primavera desde las playas del Levante linense y ha reforzado su campaña de ciencia ciudadana “Proyecto Ballena”. A través del cual los ciudadanos y ciudadanas pueden aportar sus observaciones sobre estos grandes cetáceos para mejorar su conocimiento y conservación. Gracias a todo ello, Ecolocaliza está realizando el seguimiento de la migración del rorcual común y hasta la fecha ha contabilizado más de 70 ballenas en un sólo un mes.

Aunque parezca complicado un rorcual común se puede identificar de una forma sencilla. Desde la playa o desde una embarcación se puede observar un soplo alto, estrecho y vertical que puede alcanzar los 9 metros. Un rorcual común emite un soplo recto a diferencia de los cachalotes, cuyo soplo es oblicuo. Además, el rorcual común no suele sacar la cola fuera del agua antes de sumergirse, mientras que el cachalote sí.

Se trata de la segunda ballena más grande del mundo y el segundo animal vivo más grande del mundo después de la ballena azul. En su edad adulta alcanza entre 18 y 26 metros de longitud y entre 30-80 toneladas de peso. Por ello Ecolocaliza quiere lanzar un mensaje de responsabilidad para que todas las embarcaciones que los avisten respeten una distancia mínima de 60 metros con los animales, nunca le corten el rumbo, ni se aproximen por detrás y siempre se debe reducir la velocidad por debajo de la del animal para no interferir en su migración ni ocasionarles ningún daño como indica la ley.

Estos grandes mamíferos seguirán migrando por las aguas del Estrecho.

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