Cepsa ha hecho público en las últimas horas el Informe Anual y de Responsabilidad Corporativa en el que resume las actividades e hitos más relevantes alcanzados durante el pasado año.
A lo largo de sus páginas, se da buena cuenta «del compromiso de Cepsa con el bienestar y el desarrollo de la ciudadanía y el fomento del empleo estable y de calidad que contribuye al desarrollo del tejido productivo de Andalucía. Como industria de alto valor para la economía, nuestros 10.000 profesionales, de los cuales 2.946 corresponden a la plantilla en Andalucía, juegan un papel fundamental para ayudar a la consecución de los retos de la sociedad como es la transición energética. En este sentido, hemos alineado nuestra gestión corporativa con aquellos ODS más vinculados a nuestra actividad para garantizar el suministro energético estable y seguro, contribuyendo a la protección del entorno», detalla la compañía.
En este sentido, el plan estratégico de Cepsa se articula en torno a la transición energética, por ello, «en 2019 hemos invertido más de 200 millones de euros en Andalucía para mejorar la eficiencia de nuestros procesos de fabricación y la competitividad de nuestros centros industriales. Desde 2012 hemos evitado la emisión de 72.000t CO2 eq y reducido la intensidad de carbono de nuestras plantas químicas y refinerías en un 30 y 18%, respectivamente, desde 2015. A su vez, la puesta en marcha de nuestro primer parque eólico en Jerez y nuestro acuerdo para la creación de una joint venture con Masdar para el desarrollo de un plan de inversiones de renovables en España y Portugal, refuerza el compromiso como proveedor de soluciones energéticas integrales», continúa.
En este mismo año, «a través de la Fundación Cepsa, hemos apoyado iniciativas de investigación, formación y competencias profesionales, a través de nuestras tres cátedras andaluzas o acciones para la protección del medio ambiente y biodiversidad, como la protección de especies en peligro de extinción (ej. Aguilucho cenizo y murciélago ibérico) y el estudio del alga Rugulopteryx okamurae, de origen asiático, que se ha instalado en aguas del Parque Natural del Estrecho, con un gran impacto medioambiental, teniendo especial incidencia en las costas del Parque Natural del Estrecho, sin olvidarnos de las formativas, a través del Campus de la energía, con la participación de más de tres mil alumnos de Huelva y Cádiz», recuerdan desde Cepsa.