El coronavirus hace estragos en las navieras que operan en el Estrecho de Gibraltar

Acumulan importantes pérdidas tras un mes sin disponer de las salidas habituales para pasajeros hacia Tánger y Ceuta, aferrándose sólo al transporte de mercancías de primera necesidad

Desde mediados del pasado mes de marzo, las navieras que operan en el Estrecho de Gibraltar están sufriendo un terrible daño a sus arcas económicas por culpa de la pandemia del coronavirus, lo que casi ha restringido el tráfico de pasajeros, una de las fuentes principales de sus ingresos.

El Reino de Marruecos decretaba el cierre de sus fronteras hace justo un mes, el día 13, por lo que las conexiones desde el puerto de Algeciras, desde donde operan FRS, Balearia, Intershipping, AML y Armas – Trasmediterránea, se limitan al embarque de camiones y bateas, multiplicándose por decenas de miles los viajeros que han visto imposible el cruce hacia la otra orilla del Estrecho de Gibraltar desde esta dársena, más si tenemos en cuenta que se ha dejado atrás uno de los periodos de mayor movimiento: la Semana Santa, y se avecina otro importante para la comunidad musulmana, con la llegada del Ramadán.

En Tarifa, donde sólo ofrecen sus servicios FRS e Intershipping, ha ocurrido un tanto de lo mismo, pero en este caso se ha interrumpido por completo el enlace con Tánger Ville, destinado principalmente al tránsito de personas y vehículos y no al tráfico rodado.

En Algeciras sólo se mantuvo operativo durante unos días más, en concreto hasta mediodía del 16 de marzo, la ruta con Ceuta, aunque por entonces ya era imposible poder cruzar la frontera para pasar a territorio marroquí. Del mismo modo, los ceutíes que viven en la península ya habían emprendido el camino a casa, donde se mantienen desde dos días antes, el 14 de marzo, que fue cuando el Gobierno de Pedro Sánchez pidió el confinamiento de los españoles. Sólo los residentes o los que contaban con un permiso especial podían tomar las últimas salidas para viajar a la Ciudad Autónoma o volver hacia Algeciras.

Esto ha provocado que muchos de los barcos que habitualmente cubren estos enlaces se mantengan amarrados a puerto y sólo unos pocos siguen navegando pero para facilitar el transporte de mercancías de primera necesidad. No obstante, para Ceuta, tanto Balearia como Trasmediterránea, que mantienen algunas salidas para este fin, pueden llevar pasajeros con autorización, aunque apenas existe demanda.

Ante este panorama, las ventas han caido en picado en el último mes, lo que ha provocado un balance muy negativo y suculentas y millonarias pérdidas, que en algunos casos han derivado en la toma de decisiones drásticas por parte de las compañías, aunque no son éstas las únicas afectadas por el desplome del tráfico de pasajeros y vehículos, también están padeciendo estos estragos las agencias de viaje, las firmas de alquiler de vehículos, autocares, negocios de restauración y alimentación de las distintas estaciones marítimas y alrededores y hasta la propia Autoridad Portuaria en lo que a tasas se refiere.

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