Una Semana Santa sin bullicios ni viajeros

Estas fechas están recogidas como una de las de mayor trasiego de pasajeros y vehículos por el puerto de Algeciras, aunque este año el coronavirus ha destrozado todos los planes

Aunque la OPE de verdad llega a los puertos del Estrecho en pleno verano, y haciéndose especialmente llamativa por el alto número de pasajeros y vehículos embarcados a finales de julio y principios de agosto, en el calendario se recogen otras fechas marcadas en rojo por la gran afluencia de personas que se disponen a cruzar a la otra orilla aprovechando la cercanía de Algeciras, con Tánger Med y Ceuta, y de Tarifa, con Tánger Ville.

Una de ellas, como es lógico, es Navidad, con un periodo más largo de vacaciones – de estudios y trabajo – para los que puedan disfrutarlas, e, inmediatamente, le sigue la Semana Santa.

Incluso hay quien puede comenzar a saborear el descanso de manera anticipada, el fin de semana anterior, reflejándose un incremento notable de pasajeros desde el Viernes de Dolores, aunque el grueso comienza a llegar en las vísperas de los días festivos, Jueves y Viernes Santo, lo que ha provocado en los últimos tiempos una concentración importante en las estaciones marítimas de los citados puertos.

Ahora, por culpa del coronavirus, la situación es diametralmente contraria. La de Algeciras está vacía, con las taquillas cerradas y sólo se rompe su silencio con el ir y venir del personal de limpieza o de seguridad, que se mantienen vigilantes las 24 horas del día.

La estampa es muy llamativa y extraña, ya que las salas en las que a diario se congregan miles de viajeros, ahora están totalmente solitarias, sin el ruido de los carros portaequipajes, de las ruedas de las maletas, sin el bullicio de las cafeterías, la tienda de comestibles, ya ni siquiera suenan los avisos de los embarques por megafonía porque, simplemente, no hay a quien avisar.

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