Agentes de la Guardia Civil se han visto obligados a rescatar, en las últimas horas, a un inmigrantes que pretendía entrar de forma irregular en el barco de alta velocidad de la compañía naviera Balearia, que tenía prevista su salida del puerto a las 07.30 horas del martes. Afortunadamente, el inmigrante se encontraba en un buen estado de salud y no precisó su traslado al centro hospitalario de la ciudad, a pesar del riesgo padecido.
No es la primera vez que jóvenes inmigrantes tratan de esconderse como polizones en los buques que realizan las travesías del Estrecho de Gibraltar. Se trata de jóvenes marroquíes y argelinos, de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, que se enfundan trajes de neopreno para protegerse de la baja temperatura del mar.
Se trata de jóvenes marroquíes y argelinos, de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, que se enfundan trajes de neopreno para protegerse de la baja temperatura del mar
Algunos inmigrantes lo intentan una y otra vez, a sabiendas de que no pueden ser entregados a Marruecos ya que el país marroquí no acepta a los naturales de Argelia, por lo que la Guardia Civil lo único que puede hacer es trasladarlos a la Comisaría de Policía.
Estas personas corren un riesgo excesivo al tratar de viajar, en ocasiones, escondidos en los huecos de los motores de los ferrys. Para ello, se lanzan al agua desde un punto cercano al atraque e intentan llegar a nado hasta el lugar donde está amarrado el barco, procediendo posteriormente a introducirse junto a los motores o bien intentan trepar por las cuerdas de amarre para acceder al interior del buque.
Este tipo de situaciones ha motivado que tanto la Policía portuaria como la Guardia Civil hayan incrementado los controles en el interior del puerto de Ceuta y que cada díase tenga que comprobar el mar para ver si hay inmigrantes.
Igualmente, las tripulaciones de los barcos de las navieras Armas Trasmediterránea, Balearia y FRS colaboran en las labores de inspección y ponen en conocimiento de los agentes cualquier tipo de entrada ilegal en los barcos.
Se trata de travesías arriesgadas ya que estos jóvenes se suelen quedar enganchados junto a los motores del barco, con el consiguiente riesgo de poder perder la vida durante la travesía del Estrecho al soltarse al agua o poder ser arrastrados por la fuerza de los motores.
Además, estos rescates suelen provocar que los barcos retrasen sus salidas hacia Algeciras, con las consiguientes quejas de muchos ciudadanos que tienen previsto enlazar con otros medios de locomoción en la otra orilla.