Medio millar de personas se congrega en la playa tarifeña de Los Lances en una vigilia de oración por los migrantes

Adelanto a la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se lleva a cabo este domingo

Gabriel Delgado

El Estrecho no sabe de religiones cuando se cobra la vida de un inmigrante y es algo que en los municipios de la costa gaditana conocen, al igual que el Secretariado de Migraciones del Obispado de Cádiz y Ceuta, que congregó en la noche de este viernes a más de 500 personas en la playa de Los Lances en Tarifa en una vigilia de oración por los fallecidos y desaparecidos cuando intentaban alcanzar las costas españolas. El Padrenuestro católico y la Fâtiha del Islam se unieron en una voz para pedir por ellos.

Aunque es este domingo cuando se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, Gabriel Delgado, director del Secretariado Diocesano de Migraciones, había puesto especial énfasis en la vigilia de Los Lances, donde logró congregar a numerosos fieles que, silentes, oraron por las almas cobradas por el mar.

La noche, húmeda y con niebla, se hizo presente en una playa que ha sido testigo del paso de pateras y de inmigrantes, vivos y muertos, a bordo de embarcaciones de salvamento llegando al puerto de Tarifa. Allí se recordaron historias concretas de migrantes fallecidos, como la del pequeño Samuel, hallado en la orilla de la playa en 2017 tras naufragar la patera en la que viajaba junto a su madre antes de poder alcanzar las costas barbateñas.

Una concentración alrededor de una patera en el centro como símbolo, en la que el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, respaldado por un imán de la religión islámica, recordaba pasajes bíblicos y el último mensaje del Papa Francisco en su visita a Lampedusa.

«Son personas, no se trata solo de cuestiones sociales o migratorias. No se trata solo de migrantes», ha dicho el Papa Francisco, en un mensaje recogido por los que viven desde hace más de 30 años la llegada de inmigrantes en patera a sus costas, y por ello el rezo del Padrenuestro y la Fâtiha, por los caídos en el mar. Un mar donde terminó la vigilia con una corona en su memoria depositada por inmigrantes que tuvieron mejor suerte.

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