El sur de Italia se rebela contra Salvini y no cerrará sus puertos a migrantes

Los alcaldes de importantes ciudades italianas, entre ellas Palermo, Nápoles y Florencia, anuncian que no aplicarán el nuevo decreto sobre seguridad e inmigración de Salvini

El ministro del Interior italiano y líder de la ultraderecha italiana, Matteo Salvini, ha reiterado que los puertos italianos se mantendrán cerrados para los inmigrantes ilegales, en medio de la revuelta de varios alcaldes que se niegan a acatar las normas antiinmigración.

«Los puertos italianos están cerrados, hemos acogido ya a demasiados falsos prófugos, hemos enriquecido a demasiados contrabandistas. Los alcaldes de izquierda deben pensar en las dificultades de sus ciudadanos, no en los clandestinos», afirmó Salvini.

El también vicepresidente del Gobierno italiano respondía así a la oferta lanzada hoy por el alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris, de abrir ese puerto italiano para la nave Sea Watch 3, que con decenas de inmigrantes rescatados en el Mediterráneo pudo entrar ayer en aguas de Malta pero no tiene autorización para desembarcar.

«Espero que este barco se acerque al puerto de Nápoles porque contrariamente a lo que dice el Gobierno nosotros pondremos en marcha un plan de salvamento y lo haremos atracar. Yo seré el primero en dirigir las maniobras de salvamento», aseguró el alcalde de esa ciudad del sur de Italia en una entrevista radiofónica.

El buque de la ONG alemana del mismo nombre, con 32 inmigrantes a bordo, recibió el pasado martes la autorización de Malta para entrar en sus aguas territoriales por motivos humanitarios, pero no para desembarcar a los rescatados, que ya llevan 13 días a bordo. Los alcaldes de Reggio Calabria y Parma también se han sumado a desoír a Salvini en su política migratoria, según recoge El País.

La oferta del alcalde napolitano para recibir a inmigrantes pese a la política de mano dura que aplica el Gobierno italiano se suma a la decisión anunciada por otro regidor, el de Palermo (capital de la isla de Sicilia), Leoluca Orlando, de suspender la aplicación del llamado «decreto de seguridad» de Salvini.

Desde que llegó al poder hace seis meses, Salvini tomó una serie de medidas que aumentan la marginación de los inmigrantes con consecuencias para la seguridad.

Varios alcaldes van a seguir el ejemplo del colega siciliano, entre ellos los de Nápoles y Florencia, y también el de Parma, Federico Pizzarotti, disidente del Movimiento 5 Estrellas (M5E), la formación antisistema aliada de la derechista Liga que gobierna actualmente Italia.

Sin embargo, la asociación de alcaldes no ha llegado a un acuerdo sobre el delicado tema. Mientras el presidente, Antonio Decaro, elegido por el centro-izquierda como alcalde de Bari (sur), pidió correcciones al texto porque «tal como se presenta, no garantiza los derechos humanos», otro alcalde, Guido Castelli, de Ascoli Piceno (centro), sostiene que se trata de medidas que muchos alcaldes consideran necesarias.

El alcalde de Palermo quiere abrir también una batalla judicial porque considera que la ley viola la Constitución. «No podemos quitarle los derechos a los ciudadanos con una ley que apesta a las leyes raciales (adoptadas durante el fascismo contra los judíos) con el pretexto de la seguridad», lamentó Leoluca Orlando en un tuit.

Orlando recordó entre otras que Matteo Salvini invitaba hace tan sólo tres años a los alcaldes de la Liga a desobedecer la ley sobre las uniones civiles que reglamentaba la unión de parejas del mismo sexo.

La medida principal del texto suprime los permisos de residencia humanitarios otorgados hasta ahora a personas vulnerables, familias o mujeres solteras con hijos y víctimas de traumas en su viaje a Italia. Reemplaza los permisos de residencia por razones humanitarias, que son cerca del 25% de las solicitudes y autoriza un procedimiento de emergencia para expulsar a cualquier solicitante que sea considerado «peligroso». Reorganiza asimismo el sistema para recibir solicitantes de asilo que a fines de octubre del 2018 sumaban 146.000, los cuales serán reagrupados en grandes centros.

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