Japón confirma su retirada de la comisión internacional que protege a las ballenas

La Comisión Ballenera Internacional fue creada en 1946 para preservar las ballenas y evitar su caza indiscriminada

Japón ha anunciado hoy que ha decidido retirarse de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y ha comunicado que reanudará la caza de ballenas con fines comerciales desde el próximo mes de julio.

La decisión la ha dado a conocer el ministro portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga, quien ha indicado que los balleneros nipones reanudarán sus actividades en sus aguas territoriales y en su zona económica exclusiva.

El Gobierno japonés anuncia que reanudará la caza de ballenas con fines comerciales a partir del próximo julio

La CBI fue creada hace siete décadas para garantizar la preservación de esos cetáceos y evitar su caza indiscriminada en los océanos. Japón era miembro desde el 21 de abril de 1951 y hasta ahora había respetado la moratoria en la caza comercial de la ballena acordada en 1982.

La decisión llega tras años de enfrentamiento entre los países partidarios de poner fin a la moratoria y los que defienden su vigencia, y cuyo último capítulo tuvo lugar en la reunión celebrada en septiembre en Brasil. Los miembros del órgano regulador mundial del tratamiento a las ballenas rechazaron entonces por mayoría (41 votos en contra, 27 a favor y 2 abstenciones) la propuesta de Japón de crear un comité de caza sostenible, lo que llevó a Tokio a sugerir su abandono del foro.

Suga ha indicado que, a partir de su retirada, el país actuará como observador en el seno de la organización y ha asegurado que el Gobierno de Tokio sigue comprometido en el manejo de los recursos marinos de acuerdo con datos científicos.

La actividad ballenera japonesa ha sido criticada por la comunidad internacional y organizaciones animalistas, que consideran que se trata de pesca comercial encubierta, dado que la carne de los especímenes estudiados es posteriormente vendida. Japón mantiene dos programas de este tipo, uno en el Pacífico Norte, en la costa septentrional del archipiélago, y otro en el Antártico, que fue considerado ilegal por la Corte Internacional de Justicia en marzo de 2014 por no ajustarse a «fines científicos».

El país asiático detuvo dicho programa durante unos meses, hasta diciembre de ese año, cuando lo retomó tras introducir cambios en el programa, incluida una reducción en el volumen de capturas. La flota japonesa responsable de la campaña en el Antártico este año abandonó puerto en noviembre con una cuota de 333 cetáceos.

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